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El zinc y la L-carnosina son dos ingredientes que pueden brindar beneficios potencialmente vitales para la salud. Si bien la mayoría de las personas ha oído que el zinc es un suplemento nutricional para reforzar la salud inmunitaria, el uso de la L-carnosina a modo de suplemento es menos conocido. Si bien se puede tomar zinc y L-carnosina de forma individual, cuando se combinan, el complejo tiene efectos únicos que podrían reforzar la función gastrointestinal.
Cuando las personas piensan en el zinc, a menudo piensan en la función inmunitaria. Y, en líneas generales, esta es una buena asociación. Sin embargo, el zinc tiene múltiples roles en el cuerpo, con procesos enzimáticos, estructurales y regulatorios.
Si bien a menudo se indica que el zinc se utiliza en más de 300 enzimas, el conteo más reciente indica que este desempeña un rol en más de 2000. Las enzimas son proteínas que acumulan o descomponen los componentes que nuestros cuerpos necesitan. Las enzimas digestivas son uno de los ejemplos más conocidos. Sin enzimas, nuestros cuerpos no podrían funcionar. Por lo tanto, si el suministro de zinc es limitado durante el desarrollo, no es de extrañar que el crecimiento del niño pueda verse afectado. La atrofia a menudo es usada para medir el porcentaje de niños con deficiencia de zinc en una población específica.
Más allá de su función enzimática, el zinc también es fundamental para la estructura de las varias proteínas, muchas de las cuales son usadas para regular la expresión génica. Con la adición del zinc, estas proteínas son estabilizadas, permitiendo que puedan llevar a cabo su tarea necesaria, incluyendo la unión del ácido desoxirribonucleico o ADN.
Asimismo, el zinc iónico es un factor significativo en los procesos de regulación de todo el cuerpo. Los iones de zinc pueden promover o inhibir varias funciones biológicas. La función regulatoria del zinc es la principal vía que refuerza el sistema inmunitario. Un análisis reciente llegó a la conclusión de que el zinc desempeña un rol fundamental en las varias funciones a nivel celular, incluyendo la activación, división y el desarrollo celular. El zinc también contribuye a la sanación de heridas, la coagulación de la sangre, la función tiroidea y la producción de esperma. Desde el punto de vista neurológico, el zinc ayuda con el desarrollo mental y la mejora de la memoria.
El zinc desempeña un rol fundamental en el cuerpo humano. Y un rol clave del zinc es que refuerza la función gastrointestinal. La capacidad del zinc de mejorar los casos de diarrea en niños es probablemente lo que mejor se conoce. Los estudios hechos en India han mostrado una reducción de 39 % en los episodios de diarrea en niños que duran más de siete días cuando se les administra suplementos de zinc.
El zinc también es fundamental para reducir la permeabilidad intestinal o el denominado intestino poroso. La permeabilidad intestinal normalmente es causada por la inflamación. Cuando está presente, esta inflamación puede generar brechas entre las células intestinales que normalmente se mantienen firmemente unidas entre sí. Estas brechas permiten que las partículas alimenticias y otros contenidos gastrointestinales que no han sido totalmente digeridos ingresen al cuerpo. Y luego, estas partículas pueden provocar una respuesta inmunitaria y mayor inflamación. Las condiciones autoinmunes, incluyendo a la enfermedad celíaca, la diabetes tipo 1, la esclerosis múltiple y la artritis reumatoide guardan todas relación con el aumento en la permeabilidad intestinal. Algunos investigadores incluso han especulado que la mayor permeabilidad intestinal es una causa o factor que contribuye a las alergias alimenticias y reacciones adversas a los alimentos.
Un ejemplo práctico de la manera en que el zinc refuerza el intestino es la remisión en los pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal. El aumento en la permeabilidad intestinal incrementa los riesgos de una recaída. Es importante destacar que, según lo demostrado, el uso de suplementos de zinc por sí solos ayuda a revertir la permeabilidad, reduciendo así los riesgos de recaída.
La L-carnosina es un dipéptido, una combinación de dos aminoácidos, que se encuentra de forma natural en el cuerpo. Se le denominó carnosina (carnis en latín significa carne) debido a su descubrimiento original en la carne. La mayor parte de la L-carnosina se encuentra en el corazón, los músculos y el cerebro.
Como molécula, la carnosina muestra interesantes efectos bioquímicos en el cuerpo. En el aspecto funcional, la L-carnosina puede actuar como neurotransmisor. Al parecer, esta mejora la producción de energía y la función inmunitaria. Tiene una potencial actividad antienvejecimiento y de longevidad y puede quelar los metales pesados. Resulta interesante el hecho de que, en el cerebro, la L-carnosina también puede disminuir el glutamato, un neurotransmisor excitador que está implicado en varias condiciones de salud mental.
En general, las investigaciones indican que la L-carnosina actúa como un antioxidante, antiinflamatorio e inhibidor de la agregación proteica. El último efecto podría tener relevancia para la prevención de la demencia y el Alzheimer, ya que se considera que los agregados proteicos son el origen del daño que causa la demencia.
Por sí misma, la L-carnosina parece tener un potencial considerable como suplemento. Un pequeño caso clínico descubrió beneficios para la esclerosis múltiple. La L-carnosina también podría combinarse con 5-HTP, hierba de San Juan y azafrán como tratamiento natural para ayudar con la depresión. Un ensayo clínico que combinó L-carnosina con medicamentos antidepresivos estándar descubrió rápidas mejoras en comparación con la combinación de medicamentos más placebo. Los autores solicitaron estudios adicionales para explorar el rápido efecto antidepresivo que, al parecer, brindaba la L-carnosina. Un estudio similar centrado en el Trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) también mostró que puede ser útil para mejorar los síntomas de dicha afección.
Los potenciales beneficios mejor documentados de la L-carnosina son el control del nivel de azúcar en la sangre y el rendimiento atlético. Un reciente metanálisis llegó a la conclusión de que la L-carnosina puede mejorar los niveles de azúcar en la sangre y de insulina en los humanos. Para el rendimiento atlético, a menudo se administra L-carnosina o su precursor, la beta-alanina, para mejorar los niveles de L-carnosina en todo el cuerpo. Los estudios indican que el uso de suplementos puede ser efectivo para mejorar el rendimiento atlético, que habitualmente se mide como una mejora en la capacidad para ejercitarse.
Si bien el zinc y la L-carnosina pueden funcionar por sí solos, la combinación iónica de los dos procesos ofrece algunas propiedades únicas más allá de sus actividades individuales. La L-carnosina de zinc es un quelato, una molécula de carnosina con dos hidrógenos eliminados y reemplazados por un ion de zinc. La combinación parece tener potentes efectos para sanar la mucosa del intestino.
Se sabe bien que los antiinflamatorios no esteroideos (NSAID), como el ibuprofeno y la aspirina, dañan la mucosa del intestino y provocan sangrado gastrointestinal. En un pequeño ensayo clínico, se demostró que la L-carnosina de zinc bloqueó la mayor parte del daño intestinal que se generaba al tomar NSAID. En los pacientes que tomaban NSAID, la permeabilidad intestinal se incremento tres veces, lo que indicó daño al recubrimiento del tracto intestinal. En los pacientes que tomaban NSAID combinados con L-carnosina de zinc, la permeabilidad intestinal no sufrió cambios, mostrando la potente protección gastrointestinal.
La terapia con dosis bajas de aspirina a menudo es recetada como tratamiento para prevenir infartos. Sin embargo, la aspirina puede causar un nivel considerable de irritación gastrointestinal y sangrado, incluso a dosis bajas. En el caso de los pacientes que toman dosis bajas de aspirina y que presentan daño en la mucosa, se ha demostrado que la L-carnosina de zinc reduce las lesiones en el tracto gastrointestinal. Considerando la cantidad de personas que desarrollan úlceras o gastritis por los NSAID, la carnosina de zinc podría ser una herramienta simple, pero poderosa para prevenir el daño.
En Japón, la L-carnosina de zinc es un fármaco recetado para ayudar a curar las úlceras estomacales. Las úlceras estomacales habitualmente son causadas por la bacteria llamada Helicobacter pylori (H. pylori) y curarlas por lo general requiere la eliminación de la bacteria. Lamentablemente, la bacteria H. pylori es muy conocida por la dificultad para eliminarla, requiriendo a menudo la administración de tres o cuatro medicamentos por dos semanas.
En un ensayo preliminar, la terapia estándar con tres medicamentos para la H. pylori se combinó con L-carnosina de zinc o un placebo. En los pacientes que recibieron L-carnosina de zinc, el 100 % eliminó la bacteria, en comparación con el 86 % de pacientes que tomaron el placebo. Un ensayo separado que utilizó diferentes antimicrobianos también halló una mejora en los resultados al agregar L-carnosina de zinc. De los pacientes que tomaron L-carnosina de zinc, el 77 % eliminó la infección de H. pylori de forma efectiva; y entre los pacientes que tomaron el placebo, solo 58.6 % pudo hacerlo de forma exitosa.
La colitis ulcerativa es una condición gastrointestinal autoinmune. La inflamación en el intestino grueso puede llegar a producir daño en los tejidos en caso de tornarse grave, causando diarrea sanguinolenta característica. Puede ser difícil tratar la condición, siendo el objetivo principal la remisión de las ulceraciones gastrointestinales. En un pequeño estudio preliminar de los enemas de L-carnosina de zinc combinados con tratamiento estándar, el 71 % de los pacientes tuvo una mejora o remisión. En los pacientes tratados únicamente con la terapia, solo el 10 % mejoró o logró la remisión. Basados en la amplia respuesta clínica, se necesita con urgencia estudios adicionales para confirmar los potenciales efectos de la L-carnosina de zinc en el tratamiento de la colitis ulcerativa.
Si bien no han sido ampliamente estudiadas, un análisis reciente llegó a la conclusión de que la L-carnosina de zinc también podría ayudar a tratar los problemas gastrointestinales generados por el estrés de acuerdo con las pruebas existentes. Estos trastornos funcionales son dolencias gastrointestinales que no aparecen en el diagnóstico por imágenes ni en las pruebas de laboratorio que se realizan para detectar procesos patológicos subyacentes.
Los trastornos gastrointestinales funcionales son comunes, siendo el ejemplo más conocido el síndrome de colon irritable. Considerando la dificultad en el tratamiento de las dolencias gastrointestinales funcionales, las investigaciones en humanos podrían ser invaluables para dilucidar el potencial total de la L-carnosina de zinc para el tratamiento.
El zinc y la L-carnosina son dos suplementos fascinantes por sí mismos que poseen beneficios respaldados por las investigaciones. Combinados, estos forman un complejo único que parece funcionar como una potente manera de estimular la sanación gastrointestinal. Algunas de las mejores pruebas indican beneficios en el tratamiento de las úlceras estomacales y la prevención del daño intestinal causado por los NSAID, como la aspirina y el ibuprofeno. Sin embargo, la L-carnosina de zinc también podría ser útil para la colitis ulcerativa y otras dolencias gastrointestinales funcionales.
Referencias:
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